Faltas graves:
Miles de animales son maltratados diariamente por sus propios dueños; algunos de ellos son llevados hasta la extenuación, mutilación, parálisis, daños irreparables, al borde de la muerte o a la muerte misma. Ésto lo hacen individuos que han elegido tener un animal en su casa.
Sin llegar a tal extremo, miles de perros y gatos acaban en perreras cada año. Algunos de ellos consiguen un adoptante, otros no podrán abandonar nunca la perrera y morirán en su jaula; y, por último, los animales que no pueden ser colocados, los más mayores o los que tienen alguna tara física, pueden acabar sacrificados porque en estos lugares normalmente tienen un plazo limitado de vida, ya que no disponen de medios para mantenerlos de por vida.
Aunque suene extraño, casi podemos decir que estos animales que viven en perreras han tenido suerte, pues hay otros que mueren al poco de nacer porque su dueño "no quería una camada", y ni siquiera se les ha otorgado la oportunidad de ser adoptados.
Para un perro, gato, etc. su dueño lo es todo; si pierde a su dueño, pierde todo. Si además, quien debe protegerle es precisamente quien le agrede, podemos imaginar cuál es el estado de ansiedad y la sensación de abandono de estos animales.
Perros atados a coches y arrastrados durante km., cachorros quemados vivos, galgos ahorcados lentamente por un mal año de caza, perros apaleados hasta la muerte; todo esto es considerado por ley como falta grave. Pero la mayoría de las veces ocurre que los dueños no son identificados (por falta de chip en el perro), de modo que no se les puede aplicar la pena que les corresponde y su delito queda, por desgracia, impune.
Faltas leves:
Faltas leves son la no vacunación del animal, la mala atención a su alimentación o a su higiene. Todos estos son derechos de los animales, no les estamos regalando nada y, a cambio, ellos nos lo dan todo.
Es vergonzoso ver cómo hay animales que son abandonados ante una enfermedad no "prevista" por el dueño, por aburrimiento del "juguete" o, simplemente, porque han llegado las vacaciones de verano y hay irresponsables que no quieren cargas.
Acoger un animal es hacerse cargo de él en todo momento y con todas sus consecuencias y, si no vamos a poder hacernos cargo, es mejor que renunciemos a él desde un principio. Por eso hay que pensarlo bien antes de acoger un animal en casa.
Podemos ver en numerosas páginas imágenes de perros maltratados, desnutridos, malheridos por sus dueños, abandonados a su (mala) suerte, perros a quienes quien más debía quererles y a quien ellos más quisieron, les traicionó de forma lamentable.
Y lo más preocupante es que nuestros impuestos no se dedican ni en una mínima parte a incentivar la implantación precoz del micro-chip, consiguiendo así que los dueños sean fácilmente identificables y se hagan responsables de sus animales; muy al contrario, ese dinero público sirve para subvencionar las corridas y plazas de toros (sobra cualquier otro comentario).
muy buen articulo
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